jueves, 26 de marzo de 2009

El lugar...




Aquella tarde comenzó a recordar la vez en que llamaron a su puerta, era un empleado de mensajería urgente que traía una caja a su nombre, sin remitente...Ella, firmó el recibo y cerró la puerta con la caja en sus manos...Era una caja rectangular y grande. La abrió con curiosidad impaciente, no tenía ni idea de quién podia haberle enviado ese paquete.

En el interior habia un vestido negro,con cuello Mao...que le recordó al de la película de Una Proposición Indecente, era un vestido ajustado, de seda negra...Siempre le había llamado la atención,lo sexis que resultaban los cuellos Mao, precisamente por la carencia de escote, su sensualidad se debía mas a lo que no se mostraba ,que a lo que si.


En la misma caja había unas medias finas de liga, también en color negro, con su correspondiente liguero ,un sujetador de encaje con escote en balconera y un tanga a juego con lo anterior.


Junto al vestido había otra caja mas pequeña en cuyo interior encontró unos zapatos de tacón de aguja tambien acordes con el vestido.


Habia una nota en la que decia escuétamente..."Póntelo, nos vemos a las ocho en el lugar que solo tu y yo sabemos"

Su corazón dió un vuelco y comenzó a latir mas rápido, eran las cinco de la tarde, aun quedaban tres horas para ese encuentro, iría...claro, ademas él lo sabía...
Hacía tiempo que se conocían, habían entablado amistad pero entre unas cosas y otras, cada día esa amistad iba dando paso a gestos, detalles que si bien en un principio pasaban desapercibidos para ella, despues se hicieron algo necesario y fue esa necesidad la que le hizo valorar la posibillidad de que algo mas pasaba, algo mas que simple amistad.

Pensó en lo largas que se le harían esas horas hasta las ocho, debía centrarse, de repente parecía como si la mujer que había en ella solo se pudiera intuir, porque había casi desaparecido y dejado en su lugar a una niña de 15 años en el cuerpo de una de treinta y tantos.
Se paseó de un lado a otro de la habitación, pensó que lo mejor que podía hacer para relajarse era darse un baño y así lo hizo, llenó su bañera de agua templada y sales y se sumergío en su suave calma...
¿Por qué estaba tan nerviosa, ya se conocían, pero aun así, tenía la sensación de acudir a un examen, no sabía si estaría a la altura de la situación, de las expectativas de él, de sus deseos...
Pasó un buen rato en la bañera, tanto que el agua se había quedado casi fría, se secó y se colocó el albornoz para tumbarse en el sofá a escuchar musica mientras pasaban los minutos que lo separaban de él...¡Qué ganas de verle...,de besarle, de despertar su deseo hasta limites insospechados...! Aquellos en los que ella sentia el suyo, un deseo casi enfermizo...,voraz.
Sonaba la música que a ella mas le gustaba, cada letra, cada nota la trasladaban a momentos vividos, soñados, anhelados...siempre con él.
Al fin comenzó a vestirse, primero la ropa interior, las medias, todo perfecto, la talla correcta...se maquilló de manera suave,dejando todo el protagonismo a sus labios, que pintó de color carmín...Se recogió el pelo en un moño ligero ,que dejaba que algunos de los cabellos se escaparan de la prisión del coletero y por último se puso el vestido...abrochó los botones uno a uno,pensando en el momento en que él los desabrochara...Soñaba despierta y no podía parar de hacerlo.
Se ajustó su gabardina y se subío al taxi que la esperaba en la puerta...los dedos le temblaba...y las rodillas.
De repente se descubrió a si misma mordiendose los labios por la incertidumbre, por ese no saber que sería lo siguiente o quizá por haber imaginado demasiado acerca de lo que pasaría a partir de ese momento.
Ya solo faltaban un par de semáforos y estaría ante él...
Continuará...








El lugar...(2ªParte)

Llegó hasta el punto de encuentro, era un edificio antiguo que si bien antes estaba a las afueras, con el paso de los años se había quedado enclaustrado en mitad de una zona industrial, había sido reformado a trozos, en función de las necesidades de los propietarios e inquilinos, pero conservaba el encanto de los lugares de antaño, como si conservara la memoría de los que antes vivieron allí; pagó el taxi y se bajó de él, apenas había gente, era de noche, la jornada laboral estaba ya mas que terminada, solo quedaban las almas del turno de noche. A lo lejos vió las luces de un coche de seguridad, haciendo la ronda.
Faltaban cinco minutos aun para las ocho, sacó la llave del bolso, él se la dió hace algún tiempo...abrió el portal, entró al ascensor y pulsó el botón para subir al último piso.
En el tiempo que tardó el ascensor, recordó la primera vez que estuvo allí, la llevó él tras semanas de pasiones contenidas, de deseos disimulados, que escapaban sin poderlos controlar, de luchas internas, de miedos , de culpas, sin saber muy bien como definir lo que les pasaba. La primera vez que traspasó aquella puerta tardó en poder ver donde estaba, todo fue como una explosión sin límite, no les dió tiempo a quitarse la ropa, él la cogió en brazos como con rabia y deseo, cerró la puerta de un golpe, la pared se convirtió en punto de apoyo para su espalda y en pocos minutos habían empezado a saciar todo aquel acumulo de sentimientos.
Después, con mas calma pudo contemplar el encanto de aquel lugar, un lugar tranquilo,sin mas pared que la del baño, todo diáfano, algo parecido a lo que ahora llaman un loft, con una cocina separada del salón por una barra, muchos libros, repartidos por todos los rincones,algunas películas en formato DVD,muchas de ellas antiguas, El Padrino, Ciudadano Kane, Casa Blanca, Los Puentes de Madison, El último tango en Paris...entre otras. Música agradable, en frances...Edith Piaf, era la que sonaba.
En la pared, algunos grabados y acuarelas.
Al fondo, una amplia terraza con suelo de madera, muchas plantas, que a el le gustaba cuidar,porque decía que le relajaba y le hacía olvidar lo olvidable.
La cama se encontraba a distinta altura del resto de la estancia...hasta donde se llegaba por una escalera de caracol metálica que parecía diseñada por Eiffel, junto a la cabecera de la cama, un libro...Cien Años de Soledad, de Gabriel García Marquez.
El resto de la decoración era sóbria, callada y a la vez cálida...era como entrar en él. En la profundidad de su alma, era él sin las corazas, sin los gestos aprendidos..porque "es lo que se debe hacer", era su libertad, era él, sin mas adornos...sus libros, sus plantas, su música...Se preguntó si quería entrar en su mundo y si él querría que ella entrara.

La puerta del ascensor se abrió, en su pensamiento... la idea de que si, ...si quería entrar en su mundo, quería ser parte de él, sin forzar nada, solo en complicidad con él.

Solo tuvo que dar un vuelta de llave para abrir la cerradura, eso quería decir, que como era habitual en él, se había adelantado, la puntualidad era una de sus muchas virtudes...Abrió, todo estaba oscuro, la luna se reflejaba en los objetos concediendo al lugar un aspecto sensual y misterioso. Recordó entonces lo que llevaba puesto, comenzó a desabrocharse la gabardina y la dejó sobre un diván que había cerca de la entrada. No se oía nada, tan solo el viento y el golpeteo en la cristalera de las ramas de un arbusto que había en la terraza.

Siguió caminando despacio, era curioso lo nerviosa que estaba, a pesar de no ser la primera vez que se veían. En ese momento comenzó a sonar la música...era un tango, "Por una cabeza", el que sonó en la película Esencia de Mujer, de Al Pacino.

Sintió entonces su olor y cómo sus manos la sujetaban por la cintura desde su espalda. No podía verlo, solo sentirlo, olerlo...el apoyó uno de sus dedos en sus labios indicando que permaneciera callada, ella asintió con suavidad, mientras un escalofrío recorría su espalda.
Se quedó quieta, muy quieta, en tanto él deslizó un pañuelo de seda sobre sus ojos atándolo después, impidiendo que pudiera ver...Sintió calor y frío a la vez, sintió una leve humedad al notar como el cuerpo de él se apretaba contra el de ella, sin dejarla girarse.

Su respiración se hizo mas rápida, su corazón empezó a acelerarse, no sabía, solo intuía y aun así , no tenía certeza de qué sería lo siguiente.

Coninuará...

El lugar...(tercera parte)


Alzó sus brazos en un intento por alcanzarlo a él y así poder acariciarle el pelo, la cara, el cuello con las yemas de sus dedos, en tanto él deslizaba su mano desde sus muslos en dirección ascendente, dejando ver el encaje de sus medias al arrugar el vestido.

Sintió como su mano se acercaba despacio a su sexo, sintió que la respiración se le entrecortaba, volviendose mas y mas dificultosa, los suspiros cada vez mas largos...Notó la dureza de su miembro en erección, pungnando por salir de sus ropas.

Él comenzó a acariciar con la rudeza justa, sus pechos, por encima del vestido con cuello Mao.

Ella seguía con el pañuelo en los ojos y sin poder ver nada, lo cual hacia que la escena aun le pareciera mas cargada de erotismo.

Una oleada de deseo llenó todo su cuerpo, haciendola facilmente moldeable en las manos de él.

Sintió que él la guiaba dos o tres pasos hacia delante hasta encontrar un obstáculo en el que poder apoyarla...Escuchó entonces el ruido de su cinturón al desabrocharlo, la cremallera de su pantalón, eran unos vaqueros, por el tacto. Levantó un poco su vestido, separó sus piernas, con suavidad, pero sin darle tiempo a reaccion alguna y sin mediar palabra ,solo con la música de fondo y el sonido de sus jadeos, la tomó desde atrás...

Las palmas de las manos de ella, apoyadas en la pared, para mantener el equilibrio frente a las embestidas de él. Sus manos acariciando los muslos de ella, atrayendola hacia él, siguiendo el ritmo de su pasión.

Sentía que ya no controlaba nada mas, daba igual el pañuelo en los ojos, en su mente, solo la imagen de ellos dos, un deseo irrefrenable de que aquel instante no terminara nunca, la sensación de haber subido al cielo de la mano de él, la percepción del deseo compartido y contenido estallando al mismo tiempo.



Continuará...o no, nunca se sabe.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sentimientos encontrados...



Miedos...


Miedo a defraudarte, a que me defraudes...

Miedo a salir dañados, a dañar a alguien, a no poder evitarlo...

Miedo a no ocupar en tu escala de prioridades el mismo lugar que tu ocupas en la mia.

Miedo a esforzarme mas de lo debido, a esperar mas de lo que voy a recibir, a no dar yo lo que esperan de mi.

Miedo a que me mientas, a que nos tomemos esto a la ligera y sin medir consecuencias...

Miedo a perder la ilusión y la sonrisa, a olvidarme de los besos...

Miedo a que no sepamos cuidar lo nuestro, a desvirtuarlo...porque no se si mi alma saldría adelante despues de eso.


Ilusiones...


Ilusión por comernos a besos, por la complicidad que tanto me gusta tener contigo, por sonreir al recordar momentos contigo, por saber lo que piensas y que piensas en mi, por quererte, por tenernos, por gustarte, por cuidarte y que cuidemos lo nuestro, por buscar el hueco para nosotros, por intentar recorrer kilómetros de vida juntos si estamos a gusto, por ponerte, por sentir el calor de tus manos en mi cuerpo y el de tus palabras en mi alma.
Quiero saciar la locura de vivir lo nuestro mas allá del rincón de los sueños, quiero sentirte cerca, quiero sentir que es cierto.







miércoles, 18 de marzo de 2009

Poniendo y quitando límites...

No le pongas límite a tus manos cuando recorran mi cuerpo, ni a tu boca, ni a tus labios cuando nos comamos a besos.

Ponle límite a la distancia entre tu cuerpo y el mio, para que nunca sea mayor de cero, para que al hacer las cuentas la pasión se desborde llegando al infinito.

No pongamos límites a la imaginación, ni a los sueños...deja que mis manos negocien con tus botones, para ganar la partida.

Límita los miedos, las dudas, las tristezas...la desesperanza, las presiones por cosas al final vacias. Y si no lo consigues, lo hacemos a medias.

Dale carta libre a las risas, los gemidos de placer, los deseos prohibidos y permitidos, la ilusión, los detalles tontos pero que te hacen feliz.

Ciérrale la puerta a la nostalgia, a la culpa...

Cógeme de la mano, sube por mi cintura y vámonos corriendo a vivir los deseos.


viernes, 13 de marzo de 2009

Compartiendo tesoros

Desde el rincón de los sueños, donde no existen las normas, donde todo se hace posible...Traigo un montón de ilusiones, un montón de pasiones, caricias y besos.

Los llevo guardados en una mochila a la que muchos llaman alma. Y ahí están calentitos, bien cuidados...como las cosas frágiles.

De vez en cuando, en los días en que no hay sol, nos visitan la tristeza y la nostalgia, la inseguridad, la rutina, las dudas y el miedo...y es entonces, cuando una sonrisa, una simple mirada, dos palabras acertadas y a tiempo, el olor de unas manos y el sabor de los besos...las espantan sin reparo.

Quiero compartir los tesoros que guardo en mi mochila contigo, quiero espantar las tristezas cogida de tu mano...quiero volverme cercana aun cuando en los días grises me sientas lejos.

Quiero seguir, mi vida...cuidando lo nuestro y comiendote a besos (aunque suene pesado,eso es lo que quiero).

miércoles, 11 de marzo de 2009

De bombones y besos...


Cada beso, cada sueño, cada imagen que me viene a la cabeza en la que mis manos o mi lengua recorren tu cuerpo, son como bombones que con dulzura impaciente se derriten en mi boca, provocando un escandaloso vaivén de placeres, que se mezclan, se cruzan, que me envuelven...
Y no me cansa, no me aburre...si no que lejos de hastiarme , mi corazón, mi alma, mi cuerpo...me piden al mismo tiempo, un poquito mas...Un poquito mas del sabor dulce y sabroso de tus besos, un puñadito mas de caricias, un huequecito en tu camisa por el que deslizar mis dedos con soltura aprendida.
Quiero sentir el delicioso sabor de esos bombones que habitan en tus besos, en cada centímetro de tu cuerpo, en tus manos, en tus miradas, en tus palabras al oido...bajo tus ropas.
Besos con insanciable dulzura.

lunes, 9 de marzo de 2009

Un lugar para vivir los besos...


En el lugar donde el deseo hace que la torpeza se vuelva destreza...
donde los besos recorren el cuerpo y el alma, sin sosiego,
donde los gemidos suenan al compas del latido intenso e incansable de tu corazón y el mio,
donde abundan las sonrisas y los "te quieros" al oido,
ahí...quiero vivir la vida, en ese preciso instante en el que el reloj pierde importancia y generoso se detiene para nosotros.
Ahí te esperan mi alma, mis labios, mis manos, mi abrazo,...mi deseo.
Siempre, cuidando lo nuestro.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Solo los dos...


Sentir que el tiempo se detiene, que el suelo desaparece y que el corazón comienza a latir mas rápido.
Los pensamientos se vuelven febriles y buscan caricias anheladas.
En tanto, el cuerpo reacciona ante esos pensamientos...se retuerce, se estremece. Busca los labios de quien ocupa cada minuto de su tiempo.
Espera las manos cálidas para que las suyas dejen de ser frías y puedan explorar bajo las ropas lugares escondidos y soñados.
Mientras...busca el gesto, el gemido, la palabra susurrada al oido, que le demuestre si seguir y hacia donde.
Y sentir...y gozar aprendiendo caricias, coleccionando besos, sin medidas, sin control, sin torpezas.
Solo los dos...las ganas y el amor.

martes, 3 de marzo de 2009

El tiempo y la distancia


El tiempo y la distancia, caprichosos nos juegan malas pasadas...
Despues cuando te tengo cerca y las ganas de ti se escapan de mi razón y de mi control, el tiempo, como siempre ingrato y prepotente, se niega a detenerse.
Y en la prisa por quererte, por besarte, por tenerte...no me salen las palabras, los gestos se vuelven de una torpeza inusitada y difícil de entender.
Siento ser tan torpe para tantas cosas...La vida no traía libro de instrucciones y son muchas las veces que aprendemos de las equivocaciones.
Si pudiera pedir un deseo...como siempre, que se pare el tiempo cuando no estas lejos...y en ese momento, decirte cuanto te quiero y comernos a besos.
Gracias por las sonrisas y por el sol...y por la tiza.